Fab Lab (acrónimo del inglés Fabrication Laboratory) es un espacio de producción de objetos físicos a escala personal o local que agrupa máquinas controladas por ordenadores, capaces de fabricar casi cualquier cosa que imaginemos.
Su particularidad reside en su tamaño y en su fuerte vinculación con la sociedad.
Los fablabs se mueven alrededor de dos movimientos sociotecnológicos: el DIY (do it yourself) o la autoproducción y el open source o el libre flujo de información y conocimiento. Bajo estas premisas se desarrolla el FabLab, cuyo propósito es ser el nexo de unión entre la formación académica y el mundo profesional, aunando en sus instalaciones a ambos y generando sinergias.
El concepto de Fab Lab aparece al principio de los años 2000 en el Center for Bits and Atoms (CBA) del Massachusetts Institute of Technology (MIT) bajo la dirección de Neil Gershenfeld.
Nace de una colaboración en el seno del Media Lab del MIT entre el Grassroots Invention Group y el CBA; las investigaciones giran en torno a la relación entre el contenido de la información y su representación física y el empoderamiento de las comunidades gracias a una tecnología de base.
En el marco del desarrollo de estas investigaciones, el CBA recibe una financiación del National Science Foundation (NSF) para adquirir máquinas capaces de “construir casi todo”.